Las grandes carreras
siempre empiezan con nervios, con nervios de saber que se va a sufrir, nervios
por el no saber lo que va a deparar el recorrido, y nervios por las
preocupaciones de que todo vaya a salir bien. Para la gran carrera del año,
nuestras preocupaciones y nuestros nervios empezaron demasiado pronto, cuando
un mes antes de la salida no teníamos aun la componente femenina del equipo, y
cuando después de encontrarla gracias a un post de facebook, Caroline se caía
entrenando y acababa en el hospital con 5 puntos de sutura a dos semanas de la
salida. Al final todo se quedó en esto, en nervios y preocupaciones, y sobre
todo en una sonrisa en la cara cuando ahora nos viene a la cabeza, pero así
empezó nuestra participación en ITERA Expedition Race.
Nuestro viaje a Gales
empezó la mañana del 8 de agosto, cuando Raul y yo nos encontramos con Alex y
nos llevaron al aeropuerto a por el avión. En el aeropuerto, la primera nota
cómica del día, la cara del chico que nos facturó las maletas, cuando nos vio delante
suyo con las tres enormes cajas con las bicis i el material, no sabía ni el
peso máximo, ni donde teníamos que entregarlas, ni como facturarlas! Después de
que el avión saliese con retraso, por fin llegamos a Cardiff a primera hora de
la tarde y nos dirigimos a nuestro alojamiento en el Campus Universitario de la
ciudad, punto neurálgico de la carrera.
La cola de facturación en el aeropuerto |
La mañana del día
siguiente llegó pronto, y por fin conocimos por primera vez a Caroline, nuestra
compañera para la siguiente semana de carrera. Tan pronto como recogimos el
material de carrera, mapas, petos, roadbook… nos dirigimos al supermercado para
la compra de la comida de la carrera, una parte desconocida a la par que tan
importante en la preparación de los días anteriores. Nuestro segundo día en Cardiff
estuvo ya destinado único y exclusivamente a la carrera, brifing de equipos y
de capitanes, fotos oficiales de equipo, marcaje de mapas, preparación de
material y comida, y por la tarde el prólogo.
Alex, Raul y Caroline en el briefing de equipos |
El prólogo que se
desarrolló la tarde del sábado 9 de septiembre fue un bonito y divertido
recorrido dando la vuelta a la Cardiff Bay en sentido horario. La primera mitad
del prólogo se daba corriendo, cruzando el Cardiff Bay Barrage hasta el Cardiff
International White Water Center, donde tocaba ponerse el casco, coger el remo
y dividir el equipo en parejas para una corta y divertidísima sección de aguas
bravas en el canal artificial del que disponen en estas instalaciones. Los
primeros quilómetros corriendo los hicimos aguantando el ritmo del pelotón, sin
darlo todo ni forzar demasiado, llegando a las aguas bravas, tuvimos un pequeño
fallo al no entender que los 4 corredores tenían que estar listos antes de
subirse a la “bañera” hinchable que nos dieron como embarcación, así Alex y yo
ayudamos a Caroline y Raul, dándonos cuenta después que nosotros también
teníamos que estar listos para poder subirlos a las barcas. Después de mojarnos
de arriba abajo, tocaba la vuelta del prólogo, otros 5 quilómetros corriendo,
cruzando la parte de la bahía de Cardiff llena de bares y gente paseando que
tuvo su atractivo. Paramos el tiempo en 1 hora 4 minutos y 26 segundos, a 11
minutos del equipo más rápido. Esta diferencia de tiempo se multiplicaría por 3
(11 x 3 = 33 minutos) y sería el tiempo de penalización que el equipo debería
estar parado en un punto de control durante el primer día de carrera.
La salida del prólogo, como si fuese el último día de vida |
Divertida sección de aguas bravas en el Cardiff White Water Center |
Por la noche, tocó una
buena pizza para cenar y seguir con la preparación de la comida y el material.
El tercer día empezó también pronto, ya que antes del mediodía se tenía que
entregar todo el material empaquetado a la organización. Este material era, una
caja para cada bicicleta con peso limitado a 28 kg cada una, la llamada “bolsa
de equipo” con las comidas clasificadas en bolsas herméticas y divididas para
cada sección de la carrera y cada corredor, también con peso limitado a 28 kg,
una bolsa por corredor con el material personal de cada uno limitada al mismo
peso, la bolsa de material acuático con la ropa especial para cayac, neoprenos,
armillas salvavidas, el material para reparar cayacs en caso de rotura,
limitado al mismo peso, el pack con los 4 remos y el pack con los 2 carros de
arrastre de cayacs, como podéis imaginaros, todo esto cuesta su tiempo para
prepararlo, por eso siempre decimos que la carrera empieza mucho antes de que
se dé el pistoletazo de salida. La misma tarde nos esperaba un largo trayecto
de unas 5 horas en autobús hasta la ciudad de Caernarfon, situada en la costa
norte del País de Gales, donde se daría la salida de la carrera y casi entrada
la noche tocó mojarse otra vez, con la prueba de aptitud en cayac, meterse al
agua y ser evaluado por parte de expertos de la organización en técnicas de
remo y rescate en el agua, por suerte el hotel no estaba lejos y el viento
helado que hacía duró hasta meterse en la ducha caliente de la habitación y
quedarse como nuevo!
Nuestra última noche
antes de la carrera acabó con una buena cena de pasta y carne en el hotel antes
de irnos a dormir temprano. Nos esperaban 5 días de carrera donde pasaríamos
frío, calor, hambre y sed, así que las emociones las guardo para otro día de
crónica, hasta aquí, la primera parte. En breve más y mejor.
1 comentari:
Good write up.
I am writing mine too soon to be published on my blog. I await your next installment .......
Robert
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